Como todos sabemos la alimentación es un factor esencial para un correcto desarrollo en los niños, pero a veces existen algunos que presentan problemas a la hora de ingerir una adecuada variedad de alimentos.
Es muy importante que desde pequeños los niños adquieran unos hábitos alimenticios saludables ya que, de ser así los seguirán teniendo durante el resto de su vida y su calidad de vida será mejor, además de prevenir una gran cantidad de enfermedades.
Durante la infancia es fundamental alimentarse bien ya que se evitarán prácticamente por sí solos problemas de obesidad, trastornos cardiovasculares, diabetes e incluso algunos tipos de cáncer.
Los niños que no se alimentan bien pueden sufrir una variedad de trastornos como desnutrición, anemia, obesidad, problemas en el aprendizaje e incluso problemas de conducta.
La alimentación del niño debe ser equilibrada porque así se desarrolla correctamente sin retraso en su crecimiento.
En sus hábitos alimenticios deben entrar frutas, verduras, hortalizas, leches, carnes, embutidos, pescados, mariscos, huevos, legumbres, cereales, frutos secos, aceite y 2 litros de agua al día.
Esta dieta es muy variada, pero es la que se debe llevar si queremos que el niño no carezca de nada. A lo largo de una semana debe haber de todo en su justa proporción, y gracias a ello crecerá perfectamente e incluso notaremos su rendimiento académico es mejor.